Salud y bienestar gracias a la madera en un centro sanitario de Girona

Modernidad y calidez. Funcionalidad e integración. Sostenibilidad y sutileza. Estas características, entre muchas otras, son las que han contribuido a perfilar el carácter y la personalidad del Centro de Atención Primaria (CAP) de Riells i Viabrea, a través de un elemento común: el uso de la madera como protagonista y elemento vertebrador desde un punto de vista visual y estructural.

El CAP del municipio gironés de Riells i Viabrea se sitúa en medio de un mosaico de paisajes mediterráneos y centroeuropeos, junto a grandes áreas metropolitanas. Enclavado a los pies del icónico Montseny en Barcelona, en plena Reserva de la Biosfera, está concebido como un punto de encuentro de poblaciones diseminadas. A estos elementos naturales, el estudio Comas Pont Arquitectes ha añadido otros condicionantes relacionados con la salud medioambiental, la eficiencia energética, el control sobre la vida útil de los materiales, y una mayor simplicidad constructiva. ¿El resultado? Una solución integrada de forma natural en el entorno, con la calidez que necesita un equipamiento de atención médica primaria y con la máxima funcionalidad y confort.

Para llevar a cabo este proyecto los arquitectos recurrieron a las soluciones de madera laminada y contralaminada de Egoin, con las que han conseguido conservar la estructura de madera vista en la zona común, y favorecer la calidez y la relación del equipamiento con el paisaje con un doble objetivo: mejorar el bienestar de los usuarios y conseguir una integración del edificio en términos visuales y de sostenibilidad. 

Diálogo con la naturaleza

Desde el punto de vista estructural, el equipamiento se erige sobre muros y cubiertas realizadas en madera contralaminada (CLT), con pilares de madera laminada encolada. Los muros son estructuras robustas de 140 mm, compuestos por cinco capas de entre 25 y 30 mm de espesor cada una, mientras que la cubierta está constituida por un total de 7 capas de entre 30 y 40 mm que conforman un espesor total de 240 mm.

El protagonismo que juega la madera también ha permitido a los arquitectos mantener un diálogo conceptual entre el edificio y el entorno, que ha contribuido a preservar la rentabilidad de la montaña, así como el cuidado y la conservación de los bosques. De hecho, este proyecto ha permitido conservar la mayoría de los árboles existentes de ribera, mientras que los ejemplares que se han tenido que eliminar de la parcela se han replantado en las inmediaciones para generar un impacto nulo. En el interior del equipamiento los arquitectos han conservado la estructura de madera vista en las zonas comunes, y la han complementado con un acabado con baldosas más aséptico en las áreas de consulta, pero manteniendo la calidez del tono de la madera en las juntas. 

Desde el punto de vista medioambiental, el uso de la madera ha contribuido a reducir la huella de carbono y a mitigar los efectos del cambio climático. Esta apuesta por la sostenibilidad se ha visto reforzada con la implementación de soluciones pasivas en el edificio, como ventilación natural cruzada, aumento del aislamiento térmico, protecciones solares y plantación de árboles de hoja caduca en el patio, lo que ha hecho que este edificio se convierta en acreedor de la clasificación energética A, un hecho inédito en este tipo de equipamientos. 

El protagonismo de la madera en el ámbito estructural y medioambiental se complementa con un exterior confeccionado con chapa lacada grecada, que otorga al conjunto una apariencia austera y elegante con tonalidades neutras. Esta chapa está microperforada para obtener distintos matices y percepciones que ayudan a preservar la intimidad y a proteger el interior de la radiación solar durante el verano, pero también ofrece diferentes visiones del edificio en función de la hora del día consiguiendo mayor transparencia y ligereza cuando funciona la iluminación interior.

El Centro de Atención Primaria de Riells i Viabrea tiene una superficie total de 566 m2, y ha requerido la utilización de 210 m3 de madera, evitando la emisión a la atmósfera de más de 160 tn de CO2.