Los ocho ‘pilares’ de la construcción con madera estructural

¿Sabes por qué los países del norte y del centro de Europa han redoblado su apuesta por el uso de la madera estructural en la construcción? Es fiable, segura, robusta, eficiente, respeta el medio ambiente y tiene una gran durabilidad. Por eso ya se le considera el material de arquitectura por excelencia del siglo XXI, igual que en el XIX lo fue el acero y en el XX el hormigón.

Hoy día cada vez más administraciones públicas y promotores privados optan por este material para edificar polideportivos, edificios, puentes, edificios de viviendas multifamiliares y un montón de estructuras más. Se estima que el uso de soluciones estructurales para vigas y tabiques basadas en madera laminada y contralaminada (CLT) crece a un ritmo del 15%. ¿Quieres saber por qué? Hay muchas razones, pero te vamos a dar ocho argumentos sólidos que te convencerán para que elijas la madera estructural.

1. Es resistente al fuego y al agua. ¿Recuerdas cuando se creía que la madera era muy vulnerable al fuego? Igual todavía alguien lo piensa, pero la realidad es muy distinta: la madera estructural es extraordinariamente resistente al fuego, más incluso que el acero o el hormigón.

Su baja conductividad térmica disminuye su velocidad de propagación y contribuye a mantener la estructura inalterada durante más tiempo. Pero, ¿cómo es posible, siendo un material combustible? Cuando la parte exterior comienza a arder la capa carbonosa que se forma impide la salida del oxígeno y ralentiza su combustión.

Además, las estructuras de madera arden muy lentamente, a unos 0,7 mm por minuto, y de una forma constante. Así, mientras en un incendio una estructura metálica se empieza a deformar a partir de los 750oC, la madera sigue trabajando sin deformarse ni moverse.

En estas condiciones, la extinción es más efectiva y segura en edificios con estructura de madera porque la acción del agua no la contrae y, por lo tanto, no provoca su colapso.

2. Construcción rápida y sencilla. Una estructura de madera pesa menos que otra de hormigón, necesita unas dimensiones de cimentación inferiores, lo cual se traduce en un menor gasto, y los procesos de edificación son mucho más rápidos.

La madera se puede cortar y trabajar con herramientas manuales sencillas o máquinas fáciles de transportar y de usar en el mismo lugar de la construcción.

Además, su construcción no requiere agua ni tiempos de secado y puede utilizar componentes modulares que se instalan de forma rápida y sencilla. Si a todo esto le añadimos que apenas levanta polvo, causa poca contaminación acústica y genera menos residuos tendremos un proceso constructivo mucho más saludable y eficiente.

3. Menor huella de carbono. Muchos materiales dejan en el medio ambiente una huella de carbono que contribuye al calentamiento climático, pero en el caso de la madera esta huella es negativa: el dióxido de carbono fijado durante la vida del árbol queda almacenado en el producto incluso después de ser talado durante toda su vida útil y no se vierte al medio ambiente.

4. Respetuoso con el medio ambiente. ¿Sabías que la fabricación, transporte y puesta en obra del hormigón obliga a consumir cerca de un 15% más de energía que un proceso idéntico pero realizado con madera? Añade a este dato que el sector de la construcción acapara alrededor del 30% de las emisiones globales de CO2 y el 40% del consumo global de recursos y te podrás hacer una idea de la envergadura del asunto…

Por cierto, la madera que utilizamos en Egoin procede de explotaciones forestales sostenibles, es decir, de bosques cultivados y explotados conforme a criterios ecológicos, que además están situados en nuestro entorno más cercano, el llamado Km 0, lo cual nos ayuda a reducir todavía más el gasto en transporte y las emisiones de CO2.

5. Aislamiento térmico y ahorro de energía. Este material es un aislante térmico excepcional; para que te hagas una idea, aísla 15 veces más que el hormigón, 400 veces más que el acero y 1.770 veces más que el aluminio, según estudios del Observatorio Industrial del Sector Madera y Mueble, recogidos por el Gobierno vasco.

Su conductividad térmica solo es superada por el corcho, lo que la convierte en un perfecto moderador de temperatura, y contribuye a reducir el consumo de energía y, por lo tanto, el coste de calefacción y aire acondicionado. Por eso la eficiencia energética de los edificios está cada vez más vinculada a este material.

6. Aislamiento acústico. La porosidad y la elasticidad de la madera le otorgan unas propiedades acústicas increíbles porque le permiten absorber una gran parte de la energía de las ondas que recibe. Esto se traduce en una reducción de la contaminación sonora y de la reverberación, un fenómeno que se produce por el rebote en espacios interiores de los sonidos que no son absorbidos.

7. Es estructuralmente fuerte y resistente. Si queremos comprobar la robustez y la resistencia de la madera estructural solo hay que echar un vistazo a algunas edificaciones tradicionales erigidas hace decenas e incluso cientos de años: con un mantenimiento básico son capaces de mantener su resistencia y fortaleza durante muchísimo tiempo.

Hay estudios que certifican que la relación entre esa resistencia y el peso de la madera estructural es muy superior, en torno al 20%, a la que tienen otros materiales de construcción como el acero y el cemento.

8. Material duradero, renovable y saludable. La madera puede durar siglos, trabajada de forma adecuada; es un producto natural y, por lo tanto, completamente saludable y renovable. Además, puede ser utilizada en la fase final de su ciclo de vida como combustible en sustitución de otros materiales fósiles, y el único gas que emite a la atmosfera es el CO2 que le había quitado originariamente.

Con todos estos argumentos, ¿crees que ha llegado el momento de sumarte a la arquitectura ecológica y usar madera estructural de forma sostenible?