Arquitectura bioclimática y sello Passivhaus para la nueva sede de Naturklima en Donostia
Un edificio coherente con la función para la que está diseñado, construido según los principios Passivhaus, y capaz de conjugar la arquitectura bioclimática y la eficiencia energética. Estos son los principios que presiden la construcción de la sede de Naturklima, la Fundación para el Cambio Climático de Gipuzkoa, un edificio icónico y sostenible de más de 3.300 m2 plenamente integrado en su entorno natural, en el polígono de Eskuzaitzeta de Zubieta en Donostia.
A la hora de dar respuesta a estas necesidades, el arquitecto de la Ingeniería Asmatu, Beñat Aranburu, recurrió a las soluciones de madera laminada y CLT de Egoin para diseñar tanto la estructura como los muros y forjados del edificio. Tal y como explica el propio equipo, la elección de la madera se debe no solo a que es un material renovable que requiere poca energía en los procesos de fabricación sino que también es «ligero, resistente y versátil», y «dota al edificio de un carácter natural y sostenible». Sus propiedades hápticas y visuales la convierten en un elemento ideal para «la creación de espacios que resultan agradables y saludables, tanto en el interior como en el exterior del edificio».
En este proyecto el equipo técnico ha tenido que enfrentarse a varios retos relacionados con la concepción y el carácter del edificio, así como con su coste: el equipamiento debía ser plenamente sostenible, prácticamente con «cero emisiones», y quedar integrado en el entorno medioambiental pero sin descuidar el apartado del gasto. Por estos motivos la ingeniería ha tenido que tener muy en cuenta el coste del proyecto y optimizar al máximo los recursos necesarios para cada una de las fases: desde la elección de los materiales hasta el proceso de ejecución de la obra.
El objetivo era conseguir que la sede de Naturklima tuviera las características funcionales propias de un edificio de uso privado y mixto, con espacios de oficinas, coworking, salas polivalentes y un área expositiva, y que cumpliera con los estándares energéticos y medioambientales que dan acceso a la certificación Passivhaus, es decir, de bajo consumo energético, sostenible y eficiente.
La exigencia de esta certificación fue determinante a la hora de elegir las soluciones constructivas y de determinar el diseño del edificio. En primer lugar, se aplicaron sistemas pasivos a la configuración del equipamiento, desde su orientación hasta las dimensiones de los huecos, la envolvente térmica, la protección solar, etc. A continuación, se definieron los sistemas activos e instalaciones con los que se consigue minimizar los consumos y aumentar la eficiencia energética.
Eficiencia energética contra el cambio climático
El resultado es un edificio espectacular organizado en tres volúmenes: dos laterales con forma de prisma irregular, y una nave central de menores dimensiones que facilita la comunicación entre ambas mediante un área de recepción amplia. Uno de los cuerpos laterales, el que está íntegramente destinado al funcionamiento de Naturklima, cuenta con una estructura realizada con pórticos tradicionales de pilares y vigas de madera laminada combinados con muros de madera CLT en todo su perímetro.
El segundo bloque, de uso público, cuenta con grandes luces y una separación de 12 metros entre los muros estructurales que ha requerido una estructura mixta de madera laminada y contralaminada, y vigas de madera laminada de gran canto cada 1,2 m con un forjado CLT que salva la separación entre ellas.
Por su parte, el bloque central que ejerce de nexo es un gran espacio diáfano que ha requerido una estructura a base de pórticos semiempotrados de madera laminada cada 3 m y un forjado de madera contralaminada.
El protagonismo que juega la madera en este proyecto se amplía a la fachada del proyecto, que está revestida con lamas de madera verticales que camuflan el contenido del edificio y crean aperturas en varios puntos estratégicos. El bloque central ha sido el único que ha dado preeminencia al cristal, con el objetivo de ofrecer una continuidad visual entre el espacio verde público frontal y la zona de árboles de la zona posterior del jardín botánico.
Un proyecto en el que la madera, además de protagonizar el apartado estructural, tiene un papel determinante en el plano estético: el hecho de que la mayor parte de la estructura y los paneles estructurales queden visibles ha requerido un elevado grado de calidad visual de la madera que ha perfilado de forma determinante el carácter del equipamiento.
Desde el punto de vista medioambiental, los distintos elementos de la estructura fueron fabricados a medida en taller para que el montaje se realizara en seco y se redujeran al máximo los plazos de ejecución con el menor impacto.
La sede de Naturklima tiene una superficie total construida de 3.323 m2 y está distribuida en planta baja y dos alturas. Para su construcción han sido necesarios 725 m3 de madera CLT y otros 135 m3 de madera laminada, que han evitado la emisión a la atmósfera de casi 700 tn de CO2. El edificio se inauguró en marzo y entrará en uso a partir del verano de 2023.